Por: Blanca Del Río V.
Doctora en Ciencias de la Educación, Francia. Escritora.
Directora del Departamento de Derechos Linguísticos
y Traducción del PEN CLUB Internacional Chile.
Adriana Lassel sorprendió a los auditores congregados en La Sociedad de Escritores de Chile y posteriormente, en el Pen Club Internacional (filial Chile) con la novela Lucas El Morisco. En la sala del Pen Club se encontraban, entre los presentes, escritores del mundo literario árabe de nuestro país y el Primer Secretario de la Embajada de Argelia. Antes del inicio formal de la conferencia, la escritora conversó con las personas invitadas y respondió gentilmente preguntas relativas a su vida personal, a su génesis como escritora, a la historia de Argelia y a los problemas de actualidad concernientes a los países árabes. Fue una introducción magistral a su novela Lucas El Morisco y la presentación de la obra de Adriana- hecha por la autora de este texto- encontró un público ya cautivo por los moriscos y cautivado por la personalidad de la escritora.
Los moriscos son los hispanomusulmanes, convertidos de fuerza al catolicismo después de la caída de Granada, cuya rebelión y voluntad de permanecer musulmanes los llevó, primero a la guerra, llamada “la guerra de Alpujarras”, luego de su derrota a la deportación por España y, a comienzos del siglo XVll, a la expulsión del país.
En su novela “Lucas, el morisco o el destino de un manuscrito encontrado”, la autora nos entrega la historia de un joven toledano, cuya familia materna , de la región de Granada, refleja esta categoría de musulmanes que mantienen su religión, a pesar de su apariencia de ser cristianos y su familia paterna, por el contrario, son cristianos nuevos de moros, o sea musulmanes convertidos al cristianismo y practicantes. Lucas, el protagonista es el portavoz de la comunidad musulmana que vive en España desde hace siete siglos y que perdido el esplendor de su civilización y ahora, derrotada frente al poder cristiano, busca que se respeten sus derechos a practicar su religión y su lengua. Lucas es, igualmente, “portador de una problemática que también existe hoy día, es decir: es una persona de doble cultura, en busca de identidad.”1
Lo principal de la historia , la vida de Lucas transcurre entre 1585 y 1648, aunque la historia familiar comienza a fines del siglo XV y termina en el siglo XX. Hace falta el tacto de una experimentada escritora y la finesa y profundidad lograda por Adriana consultando bibliotecas, estudiando manuscritos- incluso la documentación inquisitorial del tribunal de Granada sobre los moriscos- para lograr ajustar su pensamiento de escritora del siglo XXI a la mentalidad y a la caracterización del personaje Lucas El Morisco tal como vivió y pensó hace más de cuatro siglos.
Adriana Lassel vive desde 1967 en un país donde el noventa por ciento de sus habitantes son musulmanes y el árabe (lengua mayoritaria) es una de las tres lenguas habladas por la población, junto al tamazig o Berber y al francés, legado de la colonia francesa. Tierra de historia milenaria, modelada por los diferentes pueblos que hasta allí llegaron, dejando sus ruinas arqueológicas, como los fenicios y los romanos; su lengua y su religión, como los árabes,los turcos otomanos; o sus construcciones modernas y su lengua dejada por los franceses. En un país semejante, una escritora como Adriana Lassel, cuyas obras reflejan su hondo interés por la historia, no podía menos que dar a sus personajes un cuadro realista donde el tiempo literario fluye sobre un fondo histórico.
En la novela “UN PERFUME DE VIDA”, la autora alterna dos tiempos históricos: el siglo XVll, después de la expulsión de los “moriscos” de España y el siglo XX, precisamente en la llamada “década negra” o “década de la tragedia nacional” (1990). Dos momentos históricos de Argelia, representados por dos de los protagonistas principales, uno ficticio (de otra época) y otro real:Dahmane Elandalusí (el morisco Damián), y el profesor argelino Sadek Benamar.
Cuando los moriscos son expulsados de España, Lucas parte con su familia, pero en un último acto desesperado por vivir en su patria, vuelve clandestinamente a España, acompañado por otro morisco, Damián Berrío.
Lucas, finalmente, comprende la imposibilidad de vivir en España y parte hacia América, las Indias como se decía en ese entonces. Damián parte hacia Argelia, donde se convertirá en Dahmane Elandalusí, o sea el personaje de “Un perfume de Vida”.
La presencia de los moriscos en Argel, en el siglo XVl, época en que ésta era una importante y rica ciudad del Mediterráneo, tuvo enorme importancia en la vida social, económica y cultural del país. Este hecho es poco conocido en la población argelina y podemos decir que, con sus libros Lucas el Morisco y Un Perfume de Vida, Adriana Lassel está tratando un tema que da luz a un aspecto de la historia argelina. Son los periódicos argelinos que han señalado este hecho.
Un Perfume de vida fue publicado por ediciones Thala, en Argel en el año 2010
En el tratamiento del tiempo presente, encontramos al profesor Sadek Benamar, especialista en literatura “Aljamiada”, o sea la literatura clandestina de los moriscos. El profesor que encuentra por azar un mensaje escrito en español, pero con caracteres árabes y se consagra apasionadamente a la búsqueda del autor de esta carta y a su historia. El morisco resulta ser Damián Berrío, de la familia Berrio de Toledo quien llegó a Argelia después de la expulsión de 1610 y se instaló en la región de Orán, personaje fino e interesante que se convierte en agente comercial intermediario entre los judíos de Orán y su familia y termina siendo un agente al servicio de los turcos. Las cartas y papeles traducidos por el profesor hacen entrever a un hombre de gran cultura que conocía a Al Maqqarri, un sabio originario de Tlemcen que escribió en el Cairo una gran enciclopedia histórico-literaria sobre Al Andalous.
Con una técnica narrativa de presente, alternado con “retour en arrière” (vueltas al pasado), conocemos la juventud idealista del profesor, recién titulado, que comienza su carrera en los albores de la Argelia independiente. Joven intelectual lleno de ilusiones, casado con su prima por arreglos entre familias- cosa común en Argelia- va a conocer a una enfermera, Hayet, con quien vivirá un amor apasionado.
Hayet es el tercer personaje importante de la novela y su historia retraza las características de la mujer argelina : una mujer valiente, abnegada.
Un ejemplo paradigmático de la valentía de la mujer argelina es su papel como factor de resistencia anticolonial. Confinada, durante la época colonial, al papel de esposa y madre en su hogar se encontró la víspera de 1954 frente a una situación completamente nueva : tuvo que hacer frente a responsabilidades que nunca antes habían sido suyas y para las cuales no estaba preparada. Con rapidez asumió no sólo su papel de jefe de hogar sino también de militante, agente de enlace, enfermera o secretaria y combatió en las montañas o en las operaciones de guerrillas urbanas, transportando armas, municiones, documentos e incluso bombas que aprendió a usar. Son múltiples los relatos, de mujeres violadas y torturadas durante la guerra de la independencia argelina por su actuación como militantes o por su silencio como encubridoras.
Esta historia de amor entre el profesor Benamar Sadek y Hayet se interrumpe bruscamente cuando él, después de la muerte de su mujer, es asaltado por sentimientos de culpabilidad y la abandona embarazada y en un total desamparo.
Años más tarde Hayet le enrostrará su conducta diciendo : […] “desde el alba de los tiempos el hombre ha crecido en el vientre de la mujer. ¿Cuántos son aquellos que la han pisoteado, como a un tapete, desflorándola para luego abandonarla?>[…]”(pág.111) y Hawa, la enfermera amiga de Hayet, que exclama indignada, refiriéndose a la conducta del profesor:“[…] las mujeres durante la guerra no ganaron el respeto de los hombres, continúan a ser engañadas, maltratadas, violadas, repudiadas. Todo eso está tan afianzado en nuestras costumbres que el mismo diablo se espanta al verlo>[…] “(pág.52).2
Alternando nuevamente pasado y presente, la autora nos muestra años más tarde, al profesor, convertido ahora en un hombre solitario, dedicado solo a su trabajo de .investigación, sufriendo terriblemente de la situación de su país. En efecto, la novela nos lleva ahora a los años mil novescientos noventa (1990), época en que terribles sucesos conmueven a Argelia, atacada por los grupos islamistas integristas. La escritora hace referencia en la novela al asesinato de los monjes de Tiberine.
Gracias a las reinvindicaciones de las Asociaciones feministas posteriores a la independencia, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres iba por buen camino, por lo menos desde el punto de vista legal. La situación de estas últimas sufre nuevamente un revés en los noventa. El terrorismo islamista más intransigente estuvo dirigido sobretodo, contra los extranjeros, los intelectuales, las mujeres que trabajaban fuera de su hogar y las estudiantes universitarias. La mujer se convierte nuevamente en un factor de resistencia, va al trabajo cuando los integristas lo prohibían, las jóvenes van a clases, los profesores al liceo , a la universidad, a las escuelas. Incluso la autora de esta novela, profesora universitaria, fue a trabajar sabiendo que por ser mujer (supuestamente cristiana) se convertía en blanco de los fanáticos. Se registran muchas muertes de alumnos y profesores en estos años fatídicos.
Hayet la protagonista con un hijo, Bachir, captado a la causa integrista por un miembro de la familia, se ve, aterrorizada, obligada a trabajar como enfermera para ellos.
Es en esta Argelia herida que conoceremos el reencuentro de Hayet y Sadek, ella y él ahora viudos y libres que, sobre un fondo violento, donde la autora muestra los peores momentos que ha vivido el país después de su independencia, buscarán a encontrar, sobre la muerte y el odio, un perfume de vida y un horizonte que señale un futuro mejor. Compuesta de tres partes, la novela “Un perfume de vida”, es un incesante “aller-retour” (ir y venir) entre el pasado y el presente. Dos historias que se superponen: la de Sadek y Hayet y la historia del morisco Damián, convertido en Dahmane Elandalusí, o sea el personaje principal de “Un perfume de Vida”.
El pasado reciente y el pasado histórico de Argelia. Tres partes que mezclan las acciones y hechos sin desconcertar al lector que puede seguir la trayectoria de sus protagonistas.
“Un perfume de vida” es una mezcla de realidad, ficción e historia; donde, a pesar de la crisis que Argelia vivió hace unas décadas, la vida y la paz pudieron abrirse camino para retornar a una vida mejor.
1. Lucas, El Morisco o el destino de un manuscrito encontrado. Adriana Lassel, Alger en Dimensiones ideológicas y culturales de los moriscos y las políticas de la inquisición. Publications de la Fondation Temimi pour la Recherche Scientifique et l’information, Tunis, Mai, 2009.
2. Ver “Un Perfume de Vida”. Thala Editions. Adriana Lassel. 2010.Trad.Chahrazd Mered.