
DEL HAIKU AL SUMI-E
TAROMARO HAYASHI y THEODORO ELSSACA
Esta exposición es el fruto de la interpretación pictórica de Taromaro Hayashi en torno a una selección de poemas HAIKU creados por el escritor y artista visual Theodoro Elssaca, que forman parte del libro de su autoría titulado “Celebración del Instante” 365+1 haiku.
Cada creación es el resultado de una profunda meditación donde tal como la disciplina ZEN transforma la conciencia y busca despertarnos del mundo de ensoñaciones en la que nos sumerge la cadena de pensamientos. Se trata de una experiencia de vivir la vida tal y como acontece en el momento presente.
El gesto corporal trasciende a través de pinceladas y caligrafías realizadas con profunda libertad en la obra de Hayashi, mientras que una síntesis de emociones e imágenes emanadas de la contemplación aguda de la naturaleza se advierte en el caso de la obra de Elssaca.
Según François Cheng (Cinco meditaciones sobre la belleza, 2006), el trazo único implica todos los trazos posibles e imaginables, encarna lo uno y lo múltiple y el aliento primordial que unifica y anima a todos los seres de la creación. Mediante el trazo único corporal, así como en el haiku se accede a un orden superior donde el artista aborda y expresa esa naturaleza en busca de una revelación.
En la obra de Hayashi lo grueso y lo fino de su trazo más el vacío que encierra, representa forma y volumen; por su “ataque” y su “empuje”, expresa ritmo y movimiento; por el juego de la tinta, sugiere oscuridad y luz; finalmente, por el hecho de que su ejecución es instantánea y sin retoques, introduce los alientos vitales, cargándose de múltiples pulsiones.
El gesto corporal presente en cada trazo no admite corrección tal como ocurre con la usanza milenaria, con pinceles y una barra de tinta (Sumi-E). El gesto requiere de una extrema concentración mental, de manera que el cuerpo del calígrafo transmita su energía a la muñeca y mano para hacerlas converger armoniosamente en el pincel. Hayashi aborda esta meditación profunda sobre el vacío y la plenitud mientras lo expresa mediante movimientos corporales que asemejan a una danza cósmica. Analógicamente, la poesía haiku de Elssaca busca consagrar el instante en su carácter único e irrepetible a través de la sencillez, la sutileza y la austeridad. La emoción de un momento aparentemente banal pero lleno de significado se advierte en la simpleza y en su riqueza fonética. No quiere inventar nada; simplemente, desea plasmar una realidad natural que se presenta en un instante; en un instante en el que está contenido lo sagrado.
Ambas búsquedas creativas se entrecruzan en el “ensō” (円相). Esta palabra japonesa significa “círculo” y está fuertemente relacionada con el zen. Se trata de uno de los temas más típicos de la caligrafía japonesa, a pesar de que el círculo es un símbolo y no un carácter. Simboliza la iluminación, la fuerza, la elegancia, el universo y el vacío (mu), así como la propia estética japonesa. Como expresión del momento, se suele considerar una forma de minimalismo. En la pintura del budismo zen, el ensō simboliza un momento en que la mente es libre para simplemente dejar que el cuerpo o espíritu se ponga a crear.
Marcelo Soto Olhabé
Licenciado en Estética, Museólogo
Serie de Pinturas SUMI-E de HAYASHI SENSEI

120×156 cm.
Bebo ginebra
Bebo toda la noche
Bebo tu sombra
— ** —
