Te pido que por favor no te apresures, en un punto del camino deberemos encontrarnos; entonces tú detendrás tu paso. Verás, que aunque con lentitud, sigo caminando hacia donde me indicas.
No digas que no sabías ni esperabas, porque tu destino se esculpió hace siglos y está presente en los brillos, en la duda que asoma cuando miras con tu tristeza el recuerdo.